Mujer y Minería: desde el mundo hacia Chile.

Asociación de Empresas Consultoras de Ingeniería de Chile A.G

Claudia Monreal, Subgerente de Desarrollo Compañía Minera del Pacífico (CMP)

“Se ha subido de un 7 a un 13% la participación femenina en la Minería, pero aun el 87% de la fuerza laboral es masculina en la industria, y el 93% de los lideres son hombres y vamos contra el tiempo”.
El tema no sólo despierta interés si no que, desde hace ya 10 años se ha vuelto una realidad cada día más palpable. La historia de la mujer en la minería se remonta en Chile a la época prehispánica con Mujeres Diaguitas luciendo bellos adornos de cobre y utensilios moldeados de cobre nativo extraído de lo que sería en el futuro Chuquicamata después en la literatura con Sub Sole y Sub terra, con las historias de mujeres siendo parte de la Minería en el salitre y en el carbón.

Desde esos años la Minería era una industria de fuerza y la sociedad normaba que la fuerza era, por protección, una función masculina, así el código del trabajo prohibía que las mujeres y niños fueran expuestos a trabajos de fuerza y en consecuencia a trabajar en Minería. Sin embargo, no todo es esfuerzo físico y no podemos negar la fortaleza de hombres y mujeres viviendo en las condiciones en que la Minería se desarrolló en esos años.
Paulatinamente la sociedad a resignificado el trabajo y el aporte e involucramiento de los trabajadores a los espacios laborales. El interés que la sociedad ha puesto en la resignificación de la actividad laboral es un reflejo de los cambios de paradigmas y la resignificación de los roles de hombres y mujeres en la vida misma. Sin embargo, en la industria estos cambios sociales están aún lejanos de ser completos y las noticias y cambios han llegado lentamente para los ritmos que hoy manejamos.
Desde la plataforma que he ocupado en esta industria durante veinticinco años he transitado desde la época universitaria con un código del trabajo que prohibía la contratación de mujeres en la Industria, sin más que una o dos mujeres en cursos superiores, hacia un espacio sin colegas mujeres en el mundo laboral que me llevó a ser Gerente de servicios técnicos en una empresa internacional y liderar en principio solo colegas a liderar equipos totalmente mixtos y ser parte de un comité ejecutivo con 40% de representación femenina.
En el papel y en el entorno si hemos cambiado el panorama. Ha sido con esfuerzo, con infinitas conversaciones e insistiendo en el tema desde actos masivos a estrategias caso a caso. Antes de mí, por nombrar algunas, Carmen Schwarze fue la primera Ingeniera de Minas, se dedicó a la Mineralogía e Irene Aracena, la primera geóloga trabajando para Chuquicamata también en actividades alejadas de la producción por causa del código del trabajo en los años 70.
Surgen algunas preguntas que nos permiten visualizar el futuro, como son: ¿Cuánto hemos verdaderamente cambiado? ¿Cambiamos nosotros o cambio la sociedad? ¿Realmente el rol de la mujer es distinto? ¿Cómo se viene esta representación en el futuro?
Desde pensar en la representación en el futuro es que creo que este proceso de cambio no tiene una expiración cercana. Los cambios se sobre-imponen, primero la igualdad, pero sobre un gran número de complejos y de masculinizaciones y después la equidad.
Existe un gran número de paradigmas respecto de que es y que no es equitativo, así como el concepto de diversidad; y me pregunto cuál será el momento en que realmente rompamos el techo de cristal. Personalmente no hay igualdad sin entender en que somos iguales, no hay equidad si no la entendemos desde el esfuerzo que requiere cada tarea, y dejando a fuera los filtros sociales.
Observaremos que en un futuro con equidad, con igualdad y con diversidad serán otros los valores que nos muevan como sociedad, dado que lo único constante es el cambio. Cuando seamos iguales las verdaderas diferencias se pondrán en manifiesto. Para mi este es un proceso de humanización, de reconocernos humanos y tratarnos humanamente, donde el respeto, la evaluación de competencias y el término de la meritocracia tengan una significancia que ponga cada necesidad en su lugar.
Efectivamente hoy hay más mujeres en minería, y esto ha significado un cambio para mujeres, hombres y la sociedad en su conjunto, lo que trae a su vez beneficios para la industria como son la bondad, cercanía que se reflejan en los espacios familiares. Estimo que esto nos ayudará a superar el dolor de la invisibilidad en estos espacios mineros para las mujeres y en los espacios cariñosos para los hombres. Somos las mismas personas y hemos abierto la puerta de la incorporación sin sanar, mi opinión es que por ello, el proceso sigue siendo lento.
Con el avance de la tecnología no sólo las mujeres podrán estar más cerca de sus hogares haciendo Minería, sino también los hombres. Las nuevas generaciones tienen una mirada distinta y demandan cosas distintas para sus vidas. Debemos estar dispuestos y con la mente abierta a estos cambios. No son cambios que vienen desde los lugares conocidos; y por tanto, las soluciones conocidas no serán útiles.
Como vamos a producir de manera consciente, como atraeremos talento si no somos diversos y como haremos el giro que la Industria necesita para sobrevivir son preguntas que debemos responder desde la inclusión y son urgentes para una Industria que está en la UCI. Cuando veamos mujeres y hombres en iguales proporciones sabremos que hemos llegado, hoy si subimos de un 7 a un 13%, pero aun somos una industria donde el 87% de la fuerza laboral es masculina y el 93% de los lideres son hombres y vamos contra el tiempo.

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