El estricto apego a las normas, la incorporación de tecnología y el uso eficiente de los recursos le han permitido a la minería esquivar los obstáculos y mirar el futuro con optimismo: pese a las dificultades, los niveles de producción han podido mantenerse.

Aunque la minería chilena ha enfrentado múltiples desafíos, en un contexto adverso debido a la crisis sanitaria, quienes se mueven en el rubro reconocen que los problemas han podido sortearse y que los riesgos han podido disiparse. ‘La minería ha sido capaz de mantener sus niveles de producción, a pesar de contar con una importante disminución de dotación en los frentes de producción, a fin de controlar la pandemia y evitar los contagios’, reconoce el profesor del magíster en Gestión y Dirección de Empresas, versión Industria Minera, de Ingeniería Industrial de la Universidad de Chile, Marcos Lima.

En este contexto, el sector aportó casi US$ 2.000 millones en impuestos adicionales a los de 2020 en el primer trimestre, una cifra que -según Lima- podría aumentar en la segunda parte del año por el mayor precio del metal.

‘Si le sumamos las utilidades de Codelco podemos llegar a una recaudación adicional cercana a los US$ 10.000 millones en mayores ingresos fiscales’, afirma. Ahora, si a estas cifras se agrega el gasto en remuneraciones directas, servicios de terceros e inversiones, está claro que, pese a la incertidumbre por la discusión de un nuevo royalty, el sector sigue siendo el puntal de la economía chilena, a juicio del académico, una visión que comparte el gerente de estudios de la Sociedad Nacional de Minería (Sonami), Álvaro Merino, quien destaca las oportunidades que se abren de la mano del desarrollo de la electromovilidad, particularmente para el cobre y litio.

Piedras en el camino

Pero, eso sí, Merino llama a tener presente un futuro de restricciones en la oferta. ‘Cada día es más difícil hacer minería, debido a menores leyes, mayores recursos para inversión, limitaciones en el financiamiento, normativas ambientales y comunitarias más exigentes, la llamada licencia social, a lo que se agrega que parte importante de los nuevos proyectos se encuentran en zonas potencialmente inestables como es precisamente África’, advierte.

En este contexto, para el profesor Lima, las oscilaciones del precio del metal constituyen, sin duda, el principal riesgo. ‘La semana pasada aumentó un 14%, debido aparentemente a una estrechez de inventarios. Si recordamos que más del 54% de la demanda viene de China, cualquier tropiezo económico en ese país afectaría enormemente las expectativas del precio y lo haría caer. No debemos olvidar que una estimación gruesa acerca del impacto de cada centavo promedio anual en los ingresos fiscales lleva esa cifra sobre los US$ 60 millones entre impuestos y utilidades de Codelco’, explica.

Por su parte, el vicepresidente de la Asociación de Empresas Consultoras de Ingeniería de Chile (AIC), Iván Rayo, cree que la situación política de Chile afectará el desarrollo de la minería. ‘Según la Corporación de Bienes de Capital, la minería se expandirá cerca de un 50% en 2021 comparado con 2019, donde, por efecto de la pandemia se registró un caída del 27%. Sin embargo, su crecimiento se estancará en 2022 y para 2023 se prevé una disminución relevante en la inversión de nuevos proyectos’, comenta. La incertidumbre por el royalty, la nueva Constitución y la ‘crispación política social en Chile’ serían ‘señales poco alentadoras para los inversionistas’, dice.

No obstante, mientras este período de incertidumbre se disipa, la industria minera continuará operando y, muy posiblemente, desarrollando e implementando cambios tecnológicos que le permitirán enfrentar exitosamente desafíos como el uso de tecnologías limpias, el aseguramiento de suministros críticos, la sustentabilidad y la automatización. «El desafío para los consultores de ingeniería es anticiparse a los desafíos de la industria minera e incorporarlos en los nuevos proyectos», enfatiza Iván Rayo.

Futuro promisorio

Para el consejero del Instituto de Ingenieros de Minas de Chile, Ramón Rada, lo importante es que las proyecciones son positivas y contienen un discreto crecimiento cercano al 2%. ‘Esto tiene un efecto multiplicador en la reactivación y el empleo muy importante, porque impulsa un factor clave de desarrollo en la industria, que es la incorporación de nuevas tecnologías y sistemas predictivos, que permiten mapear de mejor forma brechas de ineficiencia productiva’, señala. Y algo más: ‘Procesos de automatización, I+D e interoperabilidad, así como la tendencia a la incorporación de insumos estratégicos que acompañan a una industria más sustentable en su consumo energético, recursos hídricos y cuidado de la calidad del aire y medio ambiente son la clave para conservar el liderazgo a nivel mundial’, añade Rada.

Mientras este período de incertidumbre se disipa, la industria minera continuará operando y, muy posiblemente, desarrollando e implementando cambios tecnológicos que le permitirán enfrentar exitosamente los desafíos.

Fuente: Diario Financiero, 26 de octubre de 2021