“Tenemos déficit de infraestructura económica y social que precisamos atender con urgencia en la región”

Asociación de Empresas Consultoras de Ingeniería de Chile A.G

 “Tenemos déficit de infraestructura económica y social que precisamos atender con urgencia en la región”

Carlos Linares: presidente del Directorio de la Corporación Financiera de Desarrollo del Perú (COFIDE)

Durante la última semana de marzo, la Federación Panamericana de Consultores (FEPAC) celebró el 50° Aniversario de su fundación, el evento se realizó en las instalaciones del Hotel Country Club, en Lima – Perú. En esta instancia se llevó a cabo la 2° Reunión del Comité Ejecutivo en donde AIC fue representado por la presidente del directorio, Cristina Bogado H. y Felipe Fernández director del comité de Internacionalización, además participaron en el congreso los directores, Iván Rayo y Felipe Zelada.

En este contexto, José Luis Parra, asesor comunicacional de la AIC, tuvo la oportunidad de entrevistar al Sr. Carlos Linares, presidente del Directorio COFIDE, quien presentó el panorama actual de la región en materia de infraestructura, considerando los efectos negativos causados por la pandemia de COVID-19, asimismo dio su visión sobre los desafíos que debe enfrentar la ingeniería en este nuevo escenario a nivel mundial.

  • ¿Cuál es el contexto de infraestructura en la región y cuáles son los principales desafíos que ustedes observan desde la Corporación Financiera de Desarrollo (COFIDE)?

Antes de la pandemia la región ya presentaba señales de un menor crecimiento y un aumento del descontento social, que se agravó en los dos últimos años. Si queremos revertir esto, sabemos que la inversión en infraestructura tiene un gran impacto en el crecimiento económico y el desarrollo inclusivo. A ello se agrega las necesidades de inversión para la mitigación y la adaptación al cambio climático.

Tenemos deficiencias y además de un déficit de infraestructura económica y social que precisamos atender, como los servicios básicos de agua y saneamiento. América Latina y el Caribe, según indica la CEPAL, cuenta con un 26% de la población que aún no tienen acceso a un abastecimiento de agua potable que satisfaga los criterios de los objetivos de desarrollo sostenible – ODS-; y más del 69% de la población, todavía no disponen de los servicios de saneamiento adecuados.

En lo referido a los servicios de electricidad, hay unos 19 millones de personas que no tienen acceso a electricidad, consecuentemente no pueden desarrollar ciertas actividades o utilizan alternativas más costosas, contaminantes y que afectan la salud de la población.

Durante la pandemia, las telecomunicaciones confirmaron la importancia de conectividad, tanto para las empresas como para las familias, y los países como un todo. El BID señala que “en cada país las telecomunicaciones han salvado entre un 20% y un 25% del PIB durante el periodo de movilidad restringida. Con mejores telecomunicaciones, obviamente, los beneficios podrían haber sido mayores”, ni que hablar del impacto que van a tener hacia adelante porque muchas actividades y negocios que total o parcialmente continuarán funcionando de manera digital.

Por otra parte, tenemos que los cambios en las condiciones climáticas imponen altos costos para la construcción de infraestructura y pueden acelerar la depreciación del capital existente. El costo económico del cambio climático en ALC se estima que podría llegar a US$100.000 millones anuales en el año 2050. Bajo este escenario, se recomienda que en la construcción de infraestructura se incorporen tecnologías y materiales resilientes, que prolonguen su vida útil.

El Programa de las Naciones Unidas, estima que las necesidades de financiación de la adaptación al cambio climático están aumentando en muchos países. Un análisis sectorial revela que cuatro sectores que incluye agricultura (26%), infraestructura (22.6%), agua (15.2%) y gestión del riesgo de desastres (12.5%) representan el 76.3% de estas necesidades de financiación.

En realidad, si somos más estrictos, debemos reconocer que las inversiones en los otros sectores involucran inversiones en infraestructura, a lo que se agrega los sectores de energía y salud, que en conjunto representan el 6.3%, por ello, se espera que la infraestructura cargue con el 60% al 80% del costo total en adaptación al cambio climático. Costo que, en los países en desarrollo, podría promediar entre US$140 mil millones a US$300 mil millones en 2030 y de US$280 mil millones y US$500 mil millones en 2050. Una parte importante de este monto corresponde a nuestra región que tiene países con alta vulnerabilidades al cambio climático, como lo son los países del Caribe y de la región andina.

En este contexto consideramos que algunos los principales desafíos en el sector de la infraestructura para instituciones financieras como los bancos de desarrollo son:

  • Generar los mecanismos para lograr la movilización del sector privado para realizar inversiones en proyectos de infraestructura
  • Crear productos y servicios financieros acordes a las necesidades de los proyectos
  • Desarrollar instrumentos y programas para financiar la infraestructura, que estén vinculados a los objetivos promovidos por el país.
  • Apoyar el desarrollo de fondos de mercados de capital con énfasis en proyectos de infraestructura
  • Buscar la complementariedad de los recursos públicos con los privados y de los organismos financieros internacionales para financiar este tipo de proyectos.
  • Llevar financiamiento y apoyo técnico a los gobiernos subnacionales y viabilizar proyectos más pequeños.
  • ¿Cómo valora la organización de la FEPAC como medio para impulsar el mejoramiento en la calidad de la ingeniería en la región?

No hay nada mejor que la cooperación y el intercambio de buenas prácticas entre empresas u organizaciones similares, más aún si tiene lugar en una plataforma de dimensión regional y mundial como lo es FEPAC. Estos espacios son importantes, para promover entre sus miembros el aprovechamiento de experiencias a través del intercambio de conocimientos y la participación en proyectos conjuntos; la difusión sistemática de información especializada; para tener presencia y voz en foros e instancias nacionales e internacionales donde sus aportes para el desarrollo son importantes; para asesorar a los gobiernos en las políticas y programas de desarrollo relacionadas con el campo de su conocimiento; para generar conocimiento colectivo y con mayor alcance; para promover nuevas prácticas y tecnologías, entre otras.

  • Considerando los distintos estudios de la Banca Multilateral, ¿Cuál debería ser los montos de inversión para los siguientes 10 años, considerando el cumplimiento de los ODs al 2030? 

Diversos estudios estiman que para cubrir el déficit de infraestructura en ALC se necesitan inversiones adicionales anuales de entre US$100 mil millones a US$150 mil millones. Si tomamos como referencia la información reportada por el portal INFRALATAM – Infraestructura en América Latina y el Caribe, una iniciativa del BID, CAF y CEPAL, en el periodo 2015-2019, en promedio se ha invertido anualmente el 2.8% del PIB en inversión pública en infraestructura, esto significa unos US$104,215 millones por año. Entonces el gran desafió es lograr casi duplicar los montos de la inversión por este concepto.

  • ¿Cuáles son los principales retos para las empresas de ingeniería en la región para los siguientes 10 años?

Hay varios aspectos que podríamos mencionar:

  • En primer lugar, creo que en la región hay capacidades desarrolladas en grandes y reconocidas empresas, particularmente en Brasil, Colombia, Argentina, México por citar algunos países, pero consideró que es importante trabajar en alianzas con empresas de ingeniera de otras partes del mundo.
  • En segundo lugar, capacitar permanentemente a su personal, pues vemos el incesante avance del conocimiento, el desarrollo tecnológico que aporta nuevas formas para desarrollar las grandes construcciones, así como nuevos materiales.
  • En tercer lugar, ser parte importante en la cruzada en la adaptación y mitigación al cambio climático. Todas las construcciones que se hacen y los materiales utilizados tienen como sello distintivo ser resilientes y compatibles con la conservación del medio ambiente, y
  • En cuarto lugar, contribuir a la lucha contra la corrupción, en lugar se parte de ella. Esto afecta seriamente el desarrollo de nuestros países que tienen limitados recursos y serias carencias de infraestructura. También afecta la convivencia social, y la estabilidad política al descreditar a las instituciones en general, incluyendo a las propias empresas.
  1. ¿Cómo se puede beneficiar la región con un trabajo más compartido de las empresas consultoras de ingeniería de Latinoamérica?

Primero, como lo habíamos señalado previamente, con una palabra, HONESTIDAD. Luego, con el aporte de su conocimiento y capacidades a disposición de las sociedades en América Latina y el Caribe.  Su contribución es muy importante y puede serlo aún más. Pues, no todos los esfuerzos de mejora de la infraestructura pasan por aumentar los niveles de inversión. El World Economic Forum – WEF- refiere que una gobernanza y gestión eficaz de la infraestructura podría ser clave para mejorar la eficiencia de los fondos desembolsados. 

La planificación, asignación y ejecución ineficiente de proyectos de infraestructura representan el 30% al 50% de las pérdidas de gastos; por lo tanto, los países podrían lograr mejores resultados con sus presupuestos de infraestructura simplificando y mejorando estos procesos, y aquí las empresas consultoras, no solo en ingeniería tiene un papel relevante.

Por otra parte, no solamente es importante que exista la infraestructura, sino que sea de calidad y opere adecuadamente. El Banco Mundial realiza cada dos años una encuesta para estimar un Índice de Desempeño Logístico: Competitividad y Calidad de los Servicios Logísticos; y como parte de ello, estima un índice de la Calidad de la Infraestructura Relacionada con el Comercio y el Transporte, que sirven como referencia de lo fácil o difícil que es en los países para el transporte de mercancías en general, y que es una aproximación lo más o menos costoso que resulta el transportar de mercancías. En un comparativo por regiones, la información muestra que América Latina y el Caribe tiene los índices más bajos durante este periodo del 2007-2018. Es decir que nuestra región la calidad de la infraestructura relacionada con el comercio y el transporte, es una de la más bajas del mundo, y esto se traduce obviamente en dificultades para competir a nivel internacional.

En consecuencia, las empresas consultoras no solamente pueden ser un gran aliado de los países de la región en la elaboración, estructuración y el desarrollo, sino también en la gestión y administración de la operación de estos.

Carlos Linares, es Licenciado en Economía por la Universidad del Pacífico y Master of Management por la J L Kellogg Graduate School Management – Northwestern University. Con más de 40 años de trayectoria profesional, se ha desempeñado como director-presidente del Comité de Riesgos del Banco de la Nación, como Director General de Endeudamiento y Tesoro Público en el Ministerio de Economía y Finanzas, y también ha sido Gerente de Fianzas en COFDE.

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