“Tendencias en desalación y uso eficiente de Recursos Hídricos”

Asociación de Empresas Consultoras de Ingeniería de Chile A.G

Por Juan Pablo Negroni – Director EPCM (BoD) y AIC

Hoy, el 80% de la desalinización en Chile está focalizada en entregar agua a la minería. En otros países, como Israel, el consumo humano alcanza ese porcentaje. La amplia experiencia acumulada en este tema ha permitido que las plantas desaladoras sean ocupadas también por otras industrias como Energía y Sanitarias, beneficiando con ello a otros sectores de la población. De hecho, según cifras de la Asociación Chilena de Desalinización (ACADES), el 75% del agua desalinizada en nuestro país es para consumo industrial.

Las principales tecnologías que se han adoptado en esta materia tanto en Chile como en el mundo son de dos tipos: la desalación de agua de mar por membranas de osmosis inversa (RO) y la desalación térmica basada en evaporación y condensación a baja temperatura, donde existen varios procesos.

La más usada en la minería es la que emplea el principio de osmosis para eliminar la sal y otras impurezas, transfiriendo el agua a través de una serie de membranas semipermeables, siendo “inversa” porque es en el sentido contrario de la directa, por lo que debe aplicarse una presión suficiente al agua para que pase a través de las membranas.

Las plantas que emplean esta tecnología, desde las pequeñas hasta las de gran escala producen agua desalinizada que puede ser a su vez convertida en potable o industrial de alta calidad, tanto si proceden de agua de mar como de agua salobre, y si cumplen con estrictas normas de salud y seguridad.

En tanto, los sistemas basados en la desalación térmica usan energía térmica o eléctrica para evaporar el agua y luego condensarla de nuevo, imitando el proceso natural. Donde hay calor residual o suficiente electricidad disponibles, como sucede frecuentemente en las refinerías, plantas de ácido y las centrales eléctricas térmicas, este proceso es una solución viable y eficiente. Las tecnologías más conocidas son: la Compresión Mecánica de Vapor (MVC), que utiliza principalmente energía eléctrica y de las cuales hay varias plantas instaladas en Chile; la Destilación de Múltiple Efecto (MED), que emplea fundamentalmente energía residual de vapor de baja calidad o agua caliente; y la tecnología de Evaporación Flash (MSS) que ya casi no se usa por ser más eficientes la MED y MVC.

Innovaciones

Existen varias innovaciones, desde la forma de diseñar como de construir las plantas desalinizadoras. En particular, está el diseño de los centros de presión, para optimizar la producción de agua a alta presión; los recuperadores de energía cerámicos y la modularización de los skids de RO; la desalación sin uso de productos químicos; uso de energía solar, etc.

Ventajas y Beneficios para la Minería

El principal beneficio es obtener agua fresca en forma ilimitada sin depender del agua continental, por la cual se compite por consumo humano y agricultura. Adicionalmente, el agua desalada tiene una calidad óptima para procesos industriales que NO varia en tiempo, a diferencia del agua continental.

De acuerdo con información del Ministerio de Minería, el 47% de los recursos hídricos que se usarán en la minería del cobre hacia 2031 provendrá del mar, mientras que el resto (53%) corresponderá al agua continental. En otras palabras, en casi una década se equipará, casi en partes iguales, el uso de ese vital elemento.

Desafíos de Futuro

Con miras al futuro, hay varios aspectos a tomar en consideración. El primero es que cualquier solución para mitigar la escasez hídrica es una solución de largo plazo. La desalación NO es la excepción. Por ende, requiere una planificación centralizada con foco en 10-15 años plazo, como mínimo. Ideal con foco en 30 años. Las inversiones son altas y los tiempos de ejecución igualmente largos, y por ende hay que comenzar, ayer.

Lo segundo, se requiere una mirada holística. No hay UNA solución, es una combinación de diversas soluciones: campañas educativas a todo nivel, el uso de aguas subterráneas, desalinización, reúso de aguas tratadas y reducción de aguas no facturadas, son algunos ejemplos de ello. Y por tercero, se requiere certeza jurídica, en todos los ámbitos, es decir que una ley pueda reglar armónicamente la producción de agua desalada para minería, y a su vez, la agricultura y el consumo humano.

Finalmente, la que está muy boga; la creación de una “ventanilla” única de permisos que agilicen la tramitación. Hoy se vive una situación muy lamentable en lo que respecta a la cantidad “permisos”.

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