Una de las sorpresas de los últimos días en materias de infraestructura ha sido el anuncio del Ministerio de Obras Públicas (MOP), sobre el primer proyecto que licitará la actual administración: la Autopista Santiago – Los Vilos. Se espera que la iniciativa se adjudique durante el primer semestre del 2024, iniciando obras a principios del año 2029, es decir; Cinco años de espera para mejorar un proyecto que ya existe. Parece complejo el manejo de los tiempos, considerando que el nuevo adjudicatario comenzará a cobrar peaje desde el primer momento.

Asimismo, llama la atención las dificultades que detecta la institución para licitar un proyecto con un mayor grado de avance, teniendo en cuenta que esto ha podido preverse con mucha anticipación. El objetivo central de la Dirección de Concesiones es lograr dotar al país de los mejores servicios, promoviendo la participación de las inversiones estratégicas que permitan llevar implementar proyectos de manera eficiente. Por ello, es necesario licitar de la forma adecuada para que el adjudicatario puede comenzar a desarrollar las obras lo antes posible.

Desde la AIC hemos expresado nuestra disposición para colaborar con otros actores, compartiendo la experiencia acumulada, y el conocimiento de más de cuatro décadas de participación en las principales obras de infraestructura del país. El objetivo de esto, es proponer las modificaciones a los procedimientos que permitan acortar los plazos, considerando todos los controles necesarios para la buena ejecución de las licitaciones.

Existen buenos ejemplos de prácticas en otras reparticiones del Ministerio en materia de contrataciones de ingeniería, de asesorías de inspección y otros servicios, con muy buenos resultados. Por lo tanto, estoy segura de que el trabajo conjunto de los profesionales del MOP con las empresas de ingeniería debiese traer resultados positivos para la Institución.

Dado los antecedentes mencionados, es necesario revertir la baja incidencia que hoy tiene la ingeniería en la fase de preparación de los proyectos, pues trae como consecuencia un mayor costo en el reprocesamiento, mantenimiento posterior o atraso por falta de mejores evaluaciones en la etapa de preinversión. Adicionalmente, considerar más tiempo de planificación permite escuchar las restricciones que se tienen en las obras. De esta forma, en conjunto con el MOP se pueden encontrar mejores soluciones para las infraestructura.

Lo ocurrido con la re-licitación de la Ruta 5, es un caso que no debemos repetir; la falta de los estudios adecuados en la etapa inicial generó la extensión en el término de las obras. Situaciones como la mencionada, afectan directamente a la calidad de la ingeniería, factor relevante que debemos cuidar tanto desde el MOP como de las empresas del rubro. Por ello, para terminar, reafirmo la importancia del trabajo conjunto de distintos actores público y privado en pos de mejorar las políticas públicas que beneficien la calidad de vida de los ciudadanos de nuestro país.