Iván Cerda, presidente Comité de Minería AIC
La exploración minera es la fase preliminar e imprescindible para iniciar nuevos proyectos mineros, o bien para continuar con proyectos existentes. Cuando es exitosa, la exploración permite la identificación de nuevos recursos minerales, de manera que una parte de estos podrían, bajo determinadas condiciones técnicas y económicas, calificar como reservas minerales para sustentar proyectos de explotación.
De acuerdo con información de S&P Global Market, el presupuesto mundial en exploración no ferrosa alcanzó su nivel máximo en 2012, con un monto del orden de USD 20.000 millones, en tanto que los niveles actuales (2017 – 2021) ha variado en el rango de USD 8.000 – 11.000 millones. La buena noticia es que el mayor valor del quinquenio indicado corresponde a 2021, y se proyecta que 2022 finalizará con un valor aún mayor.
América Latina es normalmente la región donde se concentra la mayor inversión en exploración minera, y los resultados 2021 muestran que México captó la mayor cantidad de recursos (23%), superando a Chile (21%), Perú (16%), Brasil (11%), Argentina (8%), Ecuador (8%) y Colombia (8%). En Chile, según estudio de Cochilco para el mismo año, el cobre continúa siendo el objetivo más importante de la exploración (48% de los proyectos activos), seguido por el oro (25%).
Los resultados 2021 son una señal de alerta para Chile, que normalmente ha liderado el ranking de inversión en exploración en América Latina, lo que de alguna manera puede ser reflejo del menor atractivo que está teniendo Chile para invertir en minería según el ranking anual que elabora el Instituto Frazer de Canadá.
El ranking Frazer se elabora sobre la base de una encuesta internacional en la que participan los principales ejecutivos del sector minero, y mide el atractivo para la inversión en diversas jurisdicciones mineras, de acuerdo con las bondades geológicas del territorio y las políticas gubernamentales relacionadas. De acuerdo con los resultados 2021, Chile ocupa en este ranking el lugar 31, lo que en América Latina significa estar bajo Ecuador, Colombia y las regiones de San Juan y Salta en Argentina, y además muy lejano de su ubicación entre las mejores 10 jurisdicciones que ha ocupado en algunos años de la última década.
Observando los factores que evalúa el ranking Frazer, se identifica varios que el sector minero nacional ha señalado como relevantes para mantener su competitividad, y que podría explicar la actual baja calificación de Chile. Entre ellos están la incertidumbre en la interpretación o aplicación de las reglamentaciones, la incertidumbre sobre el régimen tributario, la consistencia y oportunidad del proceso regulatorio ambiental, los acuerdos con las comunidades (licencia social) y el nivel de seguridad, entre otros.
Las fortalezas que han llevado a Chile a tener un lugar de liderazgo en la minería mundial, son su potencial geológico y la estabilidad política, y con el tiempo ha consolidado además un recurso humano competente y una buena red de infraestructura, proveedores y servicios de apoyo. Sin embargo, como lo refleja el ranking Frazer, esto no es suficiente para sostener este liderazgo en el mediano y largo plazo.
Chile encabeza la lista o está entre los principales productores mundiales y cuenta con las mayores reservas de diversos elementos metálicos y no metálicos, entre ellos cobre y litio de gran demanda actual y futura para el desarrollo de tecnologías que generan energía eléctrica de manera más sustentable. No resulta razonable desaprovechar esta oportunidad creando condiciones que generen incertidumbres a la inversión minera, que como es sabido, permite además diversos encadenamientos productivos de gran importancia para el país.
