De acuerdo con la última edición del Mineral Commodity Summaries (USGS, 2023), Chile es el país que cuenta con las mayores reservas mundiales de litio (36% del total), y es el segundo productor global (participación del 30% en 2022). En términos económicos, con el importante aumento de su demanda y precio, la minería del litio desplazó en 2022 a la minería del cobre como el sector que más aportó a las arcas fiscales del país.

En este contexto, en abril del presente año el Gobierno presentó la Estrategia Nacional del Litio, que crea la Empresa Nacional del Litio y busca que el Estado, a través de Codelco, promueva una mayor producción. Actualmente, la producción proviene de la operación de SQM y Albemarle, empresas que explotan sectores del Salar de Atacama de acuerdo con contratos de arriendo que finalizan en 2030 y 2043 respectivamente.

La Estrategia Nacional del Litio reserva para el Estado el control sobre la futura explotación de los principales salares del país, Atacama y Maricunga, pero es válido preguntarse si tal decisión es la que asegura los mayores ingresos para el Estado en el mediano y largo plazo.

La actual situación de privilegio que tiene el país en el mercado mundial del litio se debe a la inversión y know how de empresas privadas, por lo que es pertinente establecer buenos acuerdos público-privados para que éstas continúen aportando para la continuidad de las operaciones actuales o el inicio de nuevos proyectos. En tal sentido, se considera oportuno revisar el carácter de “no concesible” del litio, de manera de promover la entrada de nuevos actores que participen desde la exploración a la explotación de los diversos salares que existen en el país.

Con todo, el futuro del litio como uno de los pilares de desarrollo futuro para el país no está asegurado. Como producto del esfuerzo por generar y almacenar energía sustentable, se ha acelerado la investigación en diversas alternativas, y ya se anuncian resultados exitosos que se basan en elementos diferentes del litio. De esta manera, no es descartable que en el mediano plazo la importancia económica del litio pierda parte importante de su valor. 

Cabe señalar que son varios los elementos importantes para desarrollar las nuevas tecnologías relacionadas con la energía sostenible, y que nuestro país tiene un gran potencial geológico que podría constituirse en fuente de algunos de ellos, además del litio. En tal sentido, se considera conveniente ampliar el alcance del Instituto Público del Litio y Nuevas Tecnologías que plantea la Estrategia, abriéndose a otras oportunidades de recuperación de elementos de alto valor para el desarrollo tecnológico.