¿Cuál es el mercado de H2 en Chile?

Asociación de Empresas Consultoras de Ingeniería de Chile A.G

Darren Ledermann – Gerente del Area de Transición Energética de Wood

Desde hace ya varios años que en Chile se vienen desarrollando políticas y proyectos que buscan aprovechar el gran potencial que presenta el país en términos de utilización de energías renovables. Dada la particular geografía de nuestro país, contamos con un abanico amplio y profundo de recursos que esperan poder ser aprovechados para el desarrollo del país de manera sustentable y en armonía con el medio ambiente y las comunidades asociadas. El sector que ha ido aprovechando estos recursos de manera más notable y con un crecimiento sostenido es el mercado eléctrico, el cual actualmente recibe aproximadamente un 30% de su energía desde plantas solares, eólicas, geotérmicas y de biomasa.

Pese al gran crecimiento en potencia instalada que han experimentado este tipo de plantas en el país, principalmente las solares y eólicas, aún se está muy lejos de alcanzar plenamente el potencial de aprovechamiento de sus fuentes. Más aún, la variabilidad de las mismas y el hecho que las horas de mayor consumo eléctrico se encuentran desplazadas hacia la noche respecto de las horas de mayor capacidad de generación, como en el caso solar, hacen que sólo aumentar la cantidad de plantas disponibles, no resuelva el desbalance entre generación renovable, disponibilidad de energía libre de emisiones de gases de efecto invernadero y consumo eléctrico del país.

Teniendo este problema en mente es que surge el concepto de “embotellar la electricidad” proveniente de energías renovables para así transportarla a centros de consumo distantes o bien desplazar su capacidad de uso en el tiempo mediante la utilización de sistemas de almacenamiento. Es en este contexto es que aparece con fuerza el concepto de la generación de Hidrógeno Verde y sus distintos derivados como un vehículo para aprovechar las ventajas comparativas del potencial de generación eléctrica de bajo costo con las que cuenta el país. De esta forma se busca lograr la descarbonización de procesos abastecidos tradicionalmente por combustibles fósiles, alcanzando la carbono neutralidad de operaciones que históricamente emiten grandes cantidades de CO2 y otros gases de efecto invernadero.

Desde el año 2019 que el país viene diseñando una estrategia para el desarrollo del Hidrógeno Verde, lo cual se ha visto reforzado con el Plan de Acción de Hidrógeno Verde 2023-2030.

Este plan busca generar una hoja de ruta para que todos los actores involucrados, sean estos privados, gobiernos regionales o comunidades remotas puedan tener una voz dentro del gran proceso de desarrollo que supone la implementación de proyectos de esta naturaleza y envergadura. Si bien el potencial de esta industria es transformativo para el país y de una escala que supera a varios proyectos mineros, las dificultades presentes para su desarrollo y éxito también son proporcionales a su magnitud.

En la actualidad se encuentran en etapas preliminares y de permisos una decena de proyectos de pequeña, mediana y gran escala relacionados con Hidrógeno Verde y sus derivados en el país. La mayoría de estos proyectos se concentra en dos polos, uno en el norte grande a base de energía solar y otro en Magallanes basado en energía eólica. Sus escalas van desde plantas piloto para producción de combustibles (eFuels) para uso vehicular hasta plantas de decenas de GW eléctricos para la producción de Amoniaco Verde para uso en fertilizantes y combustible para propulsión marítima. Si bien a estos y otros proyectos se les denomina de Hidrógeno Verde, el producto final a exportar es un derivado del Hidrógeno y no el H2 en sí, debido a la gran dificultad que supone almacenar y transportar hidrógeno a grandes distancias sin que éste escape de sus contenedores.

Respecto del potencial de mercado del Hidrógeno Verde, las proyecciones del gobierno aspiran a que un 13% de la producción mundial provenga desde Magallanes con el costo nivelado disponible más bajo a nivel mundial hacia el año 2040. Esto posicionaría a Chile como uno de los principales exportadores de Hidrógeno Verde en el mundo, cumpliendo así la promesa de desarrollo que venimos escuchando hace décadas respecto de nuestro potencial en el uso de energías renovables. En particular para el caso de la producción en la Patagonia Chilena, los productos pueden ser exportados con facilidad hacia Asia o Europa aprovechando el corredor bioceánico que ofrece la presencia de este tipo de plantas en las cercanías al Estrecho de Magallanes.

Con el fin de aprovechar este tremendo potencial industrial, el Plan de Acción 2023-2030 busca alinear a los distintos actores involucrados para que el desarrollo sea armónico, colaborativo y, a la larga, viable técnica, económica y ambientalmente. Es en este punto donde las empresas de ingeniería debemos ser responsables tanto con nuestros clientes que buscan participar de este mercado como también con las necesidades y preocupaciones de las comunidades que se verán impactadas por estos proyectos. Existen grandes expectativas de inversión, de creación de empleos, desarrollo tecnológico y naturalmente de rápidos retornos económicos.

 

Sin embargo, debemos ser mesurados a la hora de evaluar estos parámetros ya que la tecnología necesaria para estos grandes proyectos está en vías de ser desarrollada a la escala necesaria para asegurar la viabilidad económica.

Las inversiones asociadas rondan las decenas de billones de dólares, muy por encima de las estimaciones iniciales de varios desarrolladores. Debemos sumar a estos puntos la limitada capacidad productiva de los licenciatarios de equipos especializados e incluso la producción de acero a nivel nacional. Los diseños que se deben realizar desde el punto de vista de ingeniería no sólo deben considerar parámetros técnicos de proceso, sino que además deberán tener en consideración el impacto ambiental y comunitario asociado para que sean admisibles y posteriormente aprobados en el Sistema de Evaluación de Impacto Ambiental. La aparición de guías actualizadas de evaluación ambiental asociadas a este tipo de proyectos ayuda a la hora de tener lineamientos claros respecto de las expectativas ambientales con las cuales debemos cumplir desde la ingeniería.

Poniendo estos puntos en perspectiva, el mercado del Hidrógeno Verde en Chile es uno de grandes oportunidades a escala mundial.

Los desafíos a los que nos vemos enfrentados para aprovechar este mercado sin duda que están también a la altura. Es parte de nuestra responsabilidad como ingenieros de consulta y diseño el ayudar a nuestros clientes a ser exitosos en maximizar esta oportunidad siendo a la vez respetuosos con el cuidado del medioambiente y nuestras comunidades. Hoy como nunca antes, os depende de nosotros aprovechar este momento único en el mercado de la energía para que desde Chile lideremos el desarrollo de esta nueva fuente de energía y aseguremos su sustentabilidad futura.

 

Language

SOCIOS AIC