Ingeniería para el Desarrollo Sostenible Iván Cerda, Presidente del Comité de Minería, AIC.

Iván Cerda, Presidente del Comité de Minería, AIC.

El 4 de marzo se celebró el Día Mundial de la Ingeniería para el Desarrollo Sostenible, fecha instituida por la UNESCO en 2019. Este hecho reconoce la importancia del rol que juega la ingeniería en la vida moderna y en el cumplimiento de los 17 objetivos de desarrollo sostenible (ODS) que en 2015 los Estados Miembros de las Naciones Unidas aprobaron como parte de la Agenda 2030.

La contribución de la ingeniería ha sido relevante para avanzar en los diferentes requerimientos de la sostenibilidad, diseñando y construyendo proyectos que benefician a la sociedad en su conjunto, tales como los de infraestructura resiliente, de acceso a agua y saneamiento, de nuevas tecnologías para el transporte y comunicaciones, y los de generación de energía con fuentes no contaminantes que mitigan los efectos del cambio climático, entre otros.

Para todos estos proyectos, es propio de la ingeniería procurar una gestión eficiente de los recursos de la naturaleza para contar con las materias primas que se requieren, lo que es convenientemente complementado con iniciativas de reciclaje y de economía circular.  A nivel país, la ingeniería nacional ha mostrado suficiente competencia para enfrentar estos desafíos. 

A través de los proyectos, la ingeniería genera desarrollo y bienestar de la sociedad, con soluciones que consideran las tres dimensiones de la sostenibilidad: la económica, la ambiental y la social. Sin embargo, de acuerdo con la institucionalidad de nuestro país, son los temas ambientales y sociales los que en definitiva prevalecen para aprobar o no la ejecución de un proyecto.

Actualmente se encuentra en tramitación el proyecto de Ley que busca actualizar el Sistema de Evaluación de Impacto Ambiental (SEIA). Esta iniciativa es de gran importancia por las consecuencias que de ella deriven, como es de conocimiento público que una importante cartera de proyectos, de diversos sectores, se han rechazado a pesar que en su globalidad son iniciativas que tienen una importante coherencia con los ODS de la Agenda 2030. 

En momentos en que el país requiere afianzar su desarrollo, la actualización del SEIA es una oportunidad para hacerse cargo de críticas como tiempos excesivos de tramitación, judicialización de proyectos, politización de las decisiones de aprobación, y falta de certeza jurídica. De mantenerse la situación, el país estaría desaprovechando la posibilidad de renovar el atractivo para realizar inversiones, y con ello postergando la principal fuente para el crecimiento del país.